jueves, 4 de diciembre de 2008

Bendita soltería


Muchas se quejan de lo mal que les va en el amor, de lo desgraciadas que son por no encontrar a la media naranja, sin saber lo que se pierden. Estar sin compromiso romántico puede ser un momento para disfrutar de ciertas cosas y de ahorrarse unos cuantos problemillas. Si pensamos en que la vida está llena de conflictos y cuando estamos en pareja éstos aumentan, ¿por qué no aprovechar las ventajas de la pasividad amorosa?
No niego lo rico que puede llegar a ser que te reciban con miles de abrazos y besos diariamente. Tampoco niego que tener a alguien exquisitamente atractivo y dulce a nuestro lado es motivante, pero reconozco que estando soltera se pasa bien, re bien. Aprovecha el momento, ya habrá tiempo para enrollarse.

Chao marcador de tarjetas: No tienes que desgastarte en avisar que irás a tal o cual lugar. Nadie te preguntará insistentemente dónde, por qué, cómo, cuándo ni a qué hora llegarás. Las explicaciones sólo se las das a tu almohada, a tus padres(si aún vives con ellos) o a tu conciencia.

Celos, ¿qué es eso?: Escenitas de celos no verás ni por si acaso (quizás alguna del gato que te rasguñará porque te sintió olor a otro felino o a perro, pero es lo mínimo). Así que puedes salir con todos tus amigos, incluso hasta los más guapos, sin que nadie se amurre o te haga un show.

Economía en ascenso: En vista del panorama financiero mundial, la soltería es una buena medida para paliar la crisis económica. Te ahorras un regalo de Navidad, de San Valentín, de cumpleaños, etc. Todo tu dinero lo puedes usar íntegramente en ti.

Suegros away: Ésta es la mejor parte. Sólo tendrás a tus padres verdaderos, no políticos. No tienes que pasar por esas incómodas comidas familiares en que te asaltan con preguntas que no tienes ganas de responder, porque ni tú misma sabes con claridad las respuestas. Tampoco tienes que aguantar las tallitas fomes de los padres de tu amor.

Ojos juguetones: Tu mirada puede dirigirse a cualquier punto de atracción. Nadie se enojará por detener tus ojos en la obra de arte humana que viste pasar por tu lado. Estás en total libertad de mirar a quien te dé la gana.

Más tiempo libre: Puedes compartir más horas con los amigos y la familia; dedicarle más tiempo al estudio, al trabajo, o el carrete. No tienes que desdoblarte para alcanzar a cumplir con todos a la vez, porque no tendrás un “peor es nada” que te presione a que lo visites.

Libertad cinematográfica: No tienes que bancarte una ensalada de balas y combos. Si vas al cine es porque quieres ver una película que realmente te encanta, no para darle en el gusto a ese ser que tiene un vínculo amoroso contigo.

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